Pequeña actualización de estado.

Llevo unos cuantos días sin publicar nada ni en mi blog ni en los foros y creo que os debo esta pequeña actualización.

En realidad he seguido contando telegráficamente a través de Facebook mi posición y mis planes mas inmediatos pero de forma breve y puramente descriptiva. Soy consciente de que muchos no me seguís por ese medio.

Desde mi última crónica he cruzado el Sur de Perú, el Norte de Chile, Argentina de lado a lado y he entrado fugazmente en Brasil. Todo esto en ocho largos días en los que he pasado mucho calor y tramos muy aburridos pero también muchos sitios de los que merecen la pena.

En definitiva he seguido acumulando experiencias, tantas que se han atascado un poco en mi embudo mental y como me queda tan poco tiempo de disfrute de esta libertad que te da el viaje, me las he quedado todas para mi por miedo a que si las soltaba todas se me fueran desordenadas para siempre.

He intentado escribir la crónica un par de veces y cuando llevaba varias páginas he desechado todo lo escrito porque no me gustaba. Era tal el cúmulo de sensaciones que siempre tiraba por el camino fácil y quedaba una cosa demasiado simple y carente alma. Sé perfectamente lo que quiero contaros pero con tanta paliza que me he pegado y tal vez influenciado por las propias emociones no he encontrado la forma buena de hacerlo.

Llevo días repasando desde mi moto cada día vivido por aquí. Intentando que no se me olvidara nada ni sobre todo nadie de los que tan bien me han acogido.

¡Qué sinsentido! Tengo muchísimas ganas de llegar a Buenos Aires, de que termine esta aventura tan bien como ha ido discurriendo durante estos meses, de volver a mi casa y abrazar a mucha gente pero por otro lado me da una pena enorme y puede que incluso algo de miedo porque después de esto lo mas normal es que en mi vida cotidiana me sienta huérfano de una libertad que he tenido la enorme fortuna de poder disfrutar.

Por suerte tengo el antídoto contra esos males y no es otro que volver a llenar la mesa de mapas y empezar a soñar de nuevo. Aquí he gastado todos mis ahorros y posiblemente el próximo viaje tarde en consumarse pero eso no importa. Seguro que empezaré a disfrutarlo en cuanto solo sea una vaga idea en mi cabeza.

Si todo va bien, el miércoles llegaré a Buenos Aires y mientras espero para resolver el envío de la moto seguro que encuentro los momentos de inspiración necesarios en la maravillosa terraza de Rocío de la que ya os hablé al principio.

Y si por lo que sea no encuentro esos momentos tendré que pediros que me disculpéis y tengáis paciencia. En este viaje lo he dado todo por contaros mis vivencias en una especie de Gran Hermano motero en el que no me he guardado nada haciendo un esfuerzo en ocasiones titánico para vencer la pereza o el cansancio. Yo estoy muy orgulloso de todo ese esfuerzo.

Hoy mas que nunca me encomiendo a mi estrella y le pido que no baje la guardia por estar tan cerca del final. Que siga guiándome aun con mas fuerza.  Que siga haciéndome gritar y cantar dentro del casco y si quiere que me haga pensar y brotar las emociones cuando me lo quito. 

Así me recordará que todo en este puzle encaja y que por supuesto la vida tiene sentido.