Quedan 2 días para que empiece la fiesta y ya estoy nervioso. Me apasiona esta carrera y la forma de vivirla desde la distancia es un tanto enfermiza. Es lo que hay.
Según las estadísticas de los últimos años, al menos uno de los 153 inscritos en motos va a morir. ¡¡¡Mecagoenlaputa!!! No puede ser. Nada merece la pena tanto como para jugarse así la vida. Espero de todo corazón que este año por fin se rompa esa mierda de estadística.
¿Y por qué van?
Ninguno de los que están en la lista de inscritos piensa que puede morir en los próximos 15 días. Eso no se piensa. Es mas, muchos aun estarán pensando cómo pagar las deudas contraídas para poder estar en “la largada”, o en cómo conseguir algún recambio que no han podido traer, o en pasar las durísimas verificaciones, o en las fianzas absurdas que les piden por los GPS de la organización. Nadie piensa en el fracaso. Solo sueñan con la gloria.

La gloria.
En esta carrera ese es un concepto ciertamente amplio. Tal vez de ahí su grandeza. Para 2 o 3 pilotos la gloria sería ganar, para otros 10 acabar en el pódium, para 30 hacer un top 10 y así van bajando las metas según se reduce el presupuesto del intento. Para muchos terminar el último sería tanta gloria como la del primero. Ahí está el veneno que los tiene a todos locos. Desde luego que la peor pesadilla para cualquiera de ellos es que algo impida seguir rodando. Puede ser una caída mala, una avería mecánica o simplemente haber agotado todas las fuerzas. Otra estadística de mierda: Todos se creen preparados pero la mitad no conseguirán terminar todo el recorrido.

El recorrido.
Argentina y Bolivia siguen apostando por el escaparate del Dakar para venderse al mundo. Esto cuesta dinero y por desgracia Chile decidió dejarlo este año. También se caía a última hora Perú alegando que este año el fenómeno “el Niño” va a ser mas fuerte que nunca y necesitan todos sus recursos disponibles. Esta decisión con tantos meses de adelanto suena a escusa de mal pagador. Por una cosa o por otra yo ya empiezo a ver el final del ciclo del Dakar en Sudamérica. No se que pensará el nuevo gobierno de Argentina ni el tiempo que tardará Evo Morales en cansarse del su caprichito del Dakar. No se si aparecerán otros países en la zona que apuesten de verdad por esto pero lo cierto es que cada vez lo veo mas cerca de Asia. Rusia y China parece que pueden luchar por esto. A mi me daría mucha pena. Cada vez que desde este lado del Atlántico se dice que el Dakar no es lo mismo fuera de África yo les cuento lo que he vivido en cada enlace por Argentina. Esa pasión de la gente es insuperable en cualquier lugar del mundo. Podrá haber otras cosas pero se perderá la pasión de la gente y eso es mucho perder.
Este es el primer desafío de Marc Coma como Director Deportivo. El diseño de las etapas es cosa suya y no lo ha tenido nada fácil con los cambios de última hora. Se han perdido zonas míticas como Atacama y seguramente se atacarán zonas de dunas mas al interior en Argentina. Esto supone aun mas calor y no es nada bueno. Vuelve la mítica etapa de Fiambalá que seguro será una autentica “carnicería” para los sufridores que lleguen a ella. En Bolivia están en plena temporada de lluvias y van a sufrir con el barro. Ni motos ni pilotos están muy preparados para esto. Es mas, las ruedas que llevan el 95% de los participantes son malísimas en barro. Por tanto el sufrimiento está servido.
Las inundaciones y fuertes lluvias de estos días en la zona Norte de Argentina van a causar problemas de última hora y seguramente tengan que modificar ciertas cosas. El trabajo de los ouvriers que recorran días antes los tramos va a ser fundamental. Aun así volveremos a escuchar las mismas escusas de siempre.
Las escusas del Roadbook.
“Es que no venía marcado en el roadbook” Es la frase mas escuchada cuando un piloto no sabe asumir su fracaso. El roadbook no es un documento a seguir con fe ciega, es un mero instrumento de orientación y seguridad. En cualquier caso los que mandan son los ojos y el instinto y no siempre en ese orden. En el roadbook no puede figurar cada piedra, cada zanja, cada paso de agua de los 10.000km de recorrido. Solo deberían estar los mas peligrosos y que no puedan apreciarse a simple vista. Otra cosa que nunca cuentan los pilotos es que la organización publica cada día las modificaciones del roadbook o los nuevos peligros detectados por los ouvriers. Hay algunos pilotos que por falta de tiempo o simple indolencia ni siquiera comprueban esas modificaciones. Nunca lo reconocerán pero pasa. Como tampoco reconocerán muchos que no navegan una mierda sino que siguen huellas. Esas cosas al final se pagan.

El Fair Play.
Con todas estas premisas y tratándose de entornos tan extremos, el compañerismo y la deportividad tienen que prevalecer frente a cualquier otra cosa. La competición pura y dura es cosa de unos pocos privilegiados de la parte alta de la tabla, el resto son meros supervivientes. Algunos estamos convencidos de que estas cosas se deben potenciar y celebramos enormemente que la organización reponga el tiempo perdido por cada piloto en ayudar a otros. Bueno en realidad eso a los de atrás no siempre les pasa, algunos ni siquiera lo reclaman porque el tiempo les da un poco lo mismo. Ojo que hay que tener mucho cuidado con la aplicación de esta norma entre los primeros clasificados. Su aplicación “fraudulenta” podría incidir en el resultado final. Todos hemos escuchado algunas veces historias raras y malos comportamientos de algunos pilotos pero nadie se atreve nunca a hacerlo en público.
Como novedad este año, y gracias al amigo Pedro Puertas, se establecen los Premios Fair Play Rider para intentar agradecer a los pilotos que si que cumplan con el código de honor de esta carrera. Nos han nombrado a 5 miembros de un jurado multidisciplinar en el que hay grandes personas.

Julián Villarubia. Mi amigo y genial piloto. Ha participado en 5 Dakares en moto y ahora hace funciones de Team Manager para el polaco Sonik con el que han conseguido la victoria el año pasado. Un buen tipo que lo vivirá desde dentro con toda su pasión.

Paula Galvez. La chilena que nos cautivó a todos la pasada edición luchando con su gigantesco quad y su pequeño cuerpecito de auténtica guerrera. Quien encuentre una sola foto de Paula el año pasado sin estar sonriendo a pesar de las penurias se lleva un premio. Por desgracia este año no ha encontrado patrocinador para poder volver a ganar a esta carrera.

Mario Montoro. Un motoviajero diferente y autor del libro “A trompicones por África” que seguirá con pasión esta carrera. Si a las personas se las debe medir por lo que cuentan de ellas quienes las conocen, con Mario la apuesta es sobre seguro.

León Amespil. Un DAKARIANO de los que ya escasean. Participante en la categoría sin asistencia el año pasado y consiguió terminarlo. El solito, sin mecánico y sin medios. Quedan muy pocos valientes así.
Entre los cinco trataremos de ser justos otorgando este importante premio. Por desgracia tendremos que basarnos en la información que nos llegue de lo que pase en la pista y sabemos que muchas de las cosas que pasan al final nunca llegan a ver la luz.
Para mi es todo un orgullo asumir esta responsabilidad. Veremos que tal nos sale.
En el siguiente post os hablaré de los participantes, los verdaderos protagonistas de todo este circo.

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