En mi última crónica os contaba que había conocido a unos nuevos amigos moteros por pura casualidad al llegar a Chillán. Ellos me guiaron a KTM y me recomendaron un alojamiento. Además me invitaron a salir esa noche de viernes con ellos y yo no pude declinar tal propuesta.
Vinieron a buscarme en un pequeño y viejo Kia acompañados por la hermana de uno de ellos y el plan era ir a casa de su novia a tomar algo y luego ya salir por la ciudad. Sigue leyendo
Comentarios recientes